EDITORIAL SEGISMUNDO

martes, 17 de noviembre de 2015

DE TU SANGRE CAUTIVA DE INGRID ODGERS POR GREGORIO ANGELCOS


La novela de Ingrid está caracterizada por tres elementos que se expresan con nitidez a través de su protagonista Isabel Miranda: la vocación, la evocación, y los sentimientos comprometidos. Aunque la narradora es omnisciente, y maneja los tiempos de sus personajes, su propósito es  develar las emociones más íntimas del personaje central, en el mismo instante en que se producen consciente e inconscientemente. La autora impresiona con un determinado orden temporal. Tanto conciencia como inconsciente fluyen libres, con una organización lógica y con un narrador cuya función es transcribir los pensamientos tal cual son eyectados por su mente, se trata de un fluir de la conciencia.
La historia está escrita con un tono intimista, reflexivo, desde la mirada de la protagonista central y de la narradora. Isabel siente una atracción diferente frente a Pedro, ambos son escritores, y la literatura es uno de los ejes centrales de esta novela que los vincula desde la adolescencia, con intervalos de separación física, pero que se mantiene como sustento de una ilación metodológica que se irá fortaleciendo desde el punto de vista de la argumentación a medida que transcurre el tiempo.
La evolución de la trama está determinada por la utilización alternada entre el tiempo cronológico y el tiempo de la conciencia, este último inmedible, porque los vaivenes del mundo interior de la protagonista en sus disquisiciones y en los hechos, o acciones en las que se desenvuelve, son extensos y silenciosos. Acción y reflexión se articulan con eficiencia en el relato a través de un lenguaje claro, lúcido, pero lleno de dudas existenciales.
No cabe duda que la narradora está involucrada con los acontecimientos de esta relación entre Isabel y Pedro, por momentos pareciera que Isabel es Ingrid, o Ingrid es Isabel, pero este enigma solo lo podría revelar la escritora de la novela De tu sangre cautiva.
Se define lo cautivo a la persona que se siente atraída o dominada por una cosa o una vocación en particular. ¿Quién y por qué está cautivo o cautiva en este relato?, y si además anteponemos el sustantivo sangre, estamos comunicando desde el principio, afirmando, reconociendo la adicción o dependencia desde lo fisiológico y o emocional de los protagonistas de esta trama.
Pedro es poeta, y la poesía sume, consume, atrapa a personas que se relacionan con ella, en este encuentro entre sujeto y obra, la relación los puede conducir a las alturas, al limbo de los reconocidos, al cielo de los creadores, o al ostracismo del ejercicio silencioso y perverso de este oficio. La poesía lo atrapa, lo seduce, le proporciona un perfil que lo asocia a la profundidad en el uso de las palabras, a la armonía subjetiva, a la estética de la comunicación con sentido artístico. Por esta razón Pedro es un contraste entre hombre y concepto, cuando es hombre, su vida tiende a la informalidad, al uso desmedido de la libertad, desplazándose por las zonas oscuras del espíritu humano, pero cuando se vincula con la poesía, es abierto, un poco iluminado y percibe que su único y verdadero amor es su creación.
Por su parte Isabel lo contempla, le profesa cierta admiración, ella tiene un proyecto literario en ciernes, quiere avanzar y concluir su novela, hay un dejo de tormento en esta relación.
La impresión que provoca la lectura es que hay un tipo de dependencia unilateral, una sujeción de Isabel, donde se observa un eclecticismo entre la realidad objetiva de su entorno con las interpretaciones que hace de su situación contraactual. Ella es contemplativa, observa atenta y detenida su ambiente, y se cuestiona en el contexto, el destino incierto en el que se desenvuelve su universo personal.
Advierto que la novela oscila entre el dominio y el desencanto, tiene un trasfondo crítico que mantiene en tensión a los potenciales lectores, quienes pueden aprehender la esencia y la existencia en espacios minimalistas, de seres acongojados con sus relaciones y problemáticas circunstanciales.
Isabel está ensimismada en la evocación de una experiencia sin tiempo que hace irreconocible lo inmediato.
Quien lea De tu sangre cautiva de Ingrid Odgers accederá al particular mundo de los escritores y su pasión por la literatura, los problemas en los que se desenvuelven, y en los intentos de relacionar su obra con la realidad, los procesos de autodestrucción de algunos, la vanidad y los conflictos, el frontal desborde de sus egos, los resentimientos y la competencia, pero en síntesis, paradojalmente, un mundo rico en matices, donde el autor se enfrenta a la necesidad de escribir y consumar su obra, y en el intento exponen su vida en un despeñadero, donde la caída vertical hacia el abismo, son sus sueños y sus esperanzas, en la digna búsqueda de un estado emocional mejor.

Finalmente, señalo que la escritura de esta novela refleja oficio y madurez en el uso adecuado del lenguaje, con un ritmo pausado, pero expresivo a la vez. Hay una belleza en la historia que no es explícita, los personajes son esenciales, vitales, específicos. No son estereotipos genéricos de la realidad, Y en cuanto al desenlace, la autora nos sorprende con un quiebre magistral, nadie se anticipa a los hechos, es casi imposible inferir lo que sucederá con Isabel y Pedro, y a pesar del dolor que provoca su última acción y definitiva, la sensación que queda es de tranquilidad y aceptación del destino de ambos. No podía ser de otra manera.

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